La brecha
digital de género hace referencia a la desigualdad de recursos, acceso y poder a
la Sociedad de la Información apoyada por otras variables como edad, nivel
educativo, situación económica y social, que obstaculizan la plena
incorporación de las mujeres a la sociedad de la información.
La presencia de las mujeres en la
sociedad de la información y del conocimiento, puede aparecer en dos sentidos:
como usuarias y como creadoras de contenidos y de tecnología. Por tanto, las
mujeres como sujetos activos de la red.
Según los
estudios del Observatorio e-igualdad impulsados por el Instituto de la Mujer, actualmente
en España hay una brecha cercana a 10 puntos en el acceso a internet entre
mujeres y hombres, y la brecha se hace mayor cuando se trata de aplicaciones y
usos avanzados de la tecnología.
El Observatorio
e-igualdad ha estructurado la Brecha Digital de Género en tres tipos:
Primera
brecha digital de género. Determinada por el acceso o no a la tecnología.
Hoy en España respecto a internet el nivel de acceso de las mujeres es un 9,2 %
menos que el de los hombres.
Segunda
brecha. Determinada por la intensidad y el tipo de usos de las TIC. En España
hay una menor intensidad de la incorporación femenina a las TIC: Las mujeres se
conectan un 10% menos frecuentemente que los hombres.
Tercera
brecha digital de género. Relativa a los usos TIC más avanzados. En
aplicaciones avanzadas como móviles con conexión a Internet las mujeres los utilizan un 50% menos y en usos como TV o radio por Internet
la diferencia es de un 25%.
Si tenemos en
cuenta el marco europeo, la sociedad española se encuentra en el puesto 20 de
31 respecto al nivel de igualdad entre mujeres y hombres en la Sociedad de la
Información.
Numerosos estudios a nivel mundial identifican al usuario de TIC como hombre,
blanco, menor de 30 años y de nivel socioeconómico alto o medio.
Esta brecha
digital de género está producida por diversos factores:
1) Factores internos de desarrollo de las TICs
El proceso
histórico de desarrollo de Internet ha estado vinculado a las necesidades y
formas de hacer de los hombres, inicialmente ha estado relacionado con el uso
militar, masculinización que todavía permanece en la idea de que lo masculino
es lo neutro.
Cuando se
desarrolla un producto tecnológico, se suele definir un usuario ideal o tipo,
al que va dirigido, la mayor parte de estos desarrollos están hechos por
varones por lo que no tiene en cuenta los principios de la perspectiva de
género, por ello, se considera que estas tecnologías se conciben habitualmente para
un “usuario tipo” que es un hombre.
2)
Factores de socialización en relación a las TICs
A pesar de que muchas
mujeres empezaron participando activamente en la creación de sistemas de
información en los años 40 del siglo pasado, la programación se consideró en
los años 50 como un trabajo de oficina que hacían las mujeres, todo este
trabajo se reconstruyó y se transformó en “cosa de varones”, a medida que su
importancia económica y su prestigio social aumentó.
En cuanto al uso
de Internet, cuando comenzó su expansión, fueron los hombres quienes lideraron el
proceso y acapararon tanto la invención y manipulación de las máquinas como su
uso. En ese periodo, la presencia de mujeres en estudios técnicos era escasa y
aun hoy lo sigue siendo, aunque paulatinamente la participación de las mujeres
se ha ido incrementado para acercarse a los índices de los hombres en su uso,
no lo hace en la misma proporción en cuanto a su control.
3) Factores
externos en el ámbito familiar y personal.
Las mujeres no
tienen las mismas oportunidades de uso de Internet (disponen de menos tiempo y
peores equipos, acaparan menos su uso cuando tienen que compartir el ordenador,
por ejemplo) y no lo utilizan para los mismos usos.
Debemos tener en
cuenta, por ejemplo, que el cuidado de hijas e hijos y el resto de actividades
domésticas limita mucho más a las mujeres que a los hombres, en el tiempo que
dedican al uso de Internet. Esta carga de trabajo se incrementa en muchas
ocasiones con un empleo fuera del hogar que puede constituir una oportunidad
para el uso de los ordenadores pero, el tipo de ocupaciones profesionales de
las mujeres, como es bien sabido, no necesariamente tienen la misma carga
tecnológica que las ocupadas por los hombres.
Frente a estas
debilidades, debemos tener presente que la Red es un espacio idóneo para la
participación de las mujeres, y para su empoderamiento, éste es uno de los
retos para conseguir la igualdad efectiva en el espacio público.
Pero esta brecha digital no solo tiene lugar en internet, también está presente en dispositivos móviles, tal y como se puede apreciar en la web del instituto de la mujer.
El próximo vídeo muestra la entrevista a Marta Rivas, trabajadora del grupo IBM liderando la iniciativa Mujeres y Tecnología en el que trata de atraer a las mujeres a la empresa e incentiva el estudio por parte de las mujeres de carreras técnicas.
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